domingo, 16 de octubre de 2011

LA ALBERCA RESPIRA CICLISMO


Hacía meses que se venía hablando en el seno de Contraviento de la gran prueba inter-escuelas que se celebraría en nuestra localidad. La emoción y el nerviosismo invadían a cada miembro de la peña; en especial a los cachorros contraviento que veían en esta cita una oportunidad inmejorable de lucirse ante su público.

El recorrido escogido finalmente había sido el polígono de La Alberca; éste tenía una distancia aproximada de 1’1 kms, un asfalto perfecto, curvas bastante amplias y una pequeña subida que como se demostró más adelante hizo su papel. Además la gran amplitud del emplazamiento permitió una organización perfecta. La multitud de calles para aparcar, la visión total del recorrido desde cualquier punto y la calzada habilitada para la gymkana, permitieron, a todos los asistentes, disfrutar de una gran tarde de ciclismo.

Sábado 18 de septiembre de 2011, 29 º C, 16:00 h.,  los primeros miembros de Contraviento acudían al polígono para preparar todo lo necesario. Con la ayuda de todos se tardó poco en montar los altavoces, el pódium o el toldo de los jueces; que se erigía en medio de aquella llanura de asfalto como centro de operaciones de la prueba. Los trofeos y avituallamiento también estaban listos y pronto los primeros coches cargados de bicis comenzaban a llegar llenando cada vez más el inmenso espacio de la prueba.

Equipo CO apoyando como siempre.
Poco a poco las calles del circuito se fueron llenando de pequeños ciclistas que inspeccionaban, cual delineante, cada palmo de terreno del recorrido. Era asombroso ver como unos seres tan pequeños podían dominar unas bicis que a su lado parecían elefantes del Asia Menor. Culos pegados a las ruedas traseras en los más pequeños y ya estilosas pedaladas en los mayores. Casi todo estaba a punto, y mientras los más tardones llegaban, los jueces repasaban inscripciones y ultimaban detalles para que todo estuviera en perfectas condiciones.

Nuestros soldados Contraviento por fin aparecieron y saludaron a los asistentes con una tensión más que palpable en sus rostros. Luis, Alfonso, V. Raúl y Oscar llegaban al circuito con caras nerviosas y pocas ganas de hablar. De momento, a ellos les tocaría esperar.

Primero había que completar la gymkana preparada por los jueces; los zig-zag, los giros y la recogida de objetos constituían la parte fundamental de esta prueba. Fue asombroso percibir la gran destreza de estos ciclistas a edades tan tempranas y observar el gran dominio que ya han adquirido conduciendo “la flaca”. Acabada la gymkana todo el mundo esperaba la “chicha” y no era para menos, el escenario era perfecto, el clima acompañaba y la afición estaba volcada con el evento.

Salida de una de las categorías menores
Pronto, los más menudos se colocaban en línea de salida a la espera del pitido que les diera rienda suelta a su sueño. Los jueces una vez todo dispuesto, dieron el pistoletazo a la primera carrera entre aplausos de padres y familiares que animaban con ahínco a sus chavales. Las carreras se sucedían entre la alegría de unos y las caras desencajadas de otros que veían en el llegar a meta su principal prioridad. Las chicas tan valientes como ellos, también pusieron a prueba a todos los ciclistas llegando incluso a ganar alguna de las categorías. Un ole para ellas, claro que sí.

Y al fin llegó el gran momento. El coliseo alberqueño, abarrotado en su tribuna principal, esperaba a que los gladiadores mayores subieran en sus monturas para ver de lo que eran capaces. La tensión se cortaba con un cuchillo mientras el grupo se colocaba en posición de salida. Las caras dejaban escapar miradas perdidas y algún que otros resoplido delatador. Los jueces daban las normas pertinentes y Carlos en función de speaker animaba el cotarro. La gran cita había llegado…

Salida de la última carrera
 El silbato sonó y el chasquido de calas y piñones se entremezcló con el jaleo del público. Los ciclistas pronto formaron un pelotón muy compacto esperando acontecimientos, era muy pronto para volverse loco e intentar nada. V. Raúl tomó la iniciativa y puso un buen ritmo en el grupo durante 3 o 4 vueltas llegando, incluso, a despegarse algunos metros liderando la prueba para Contraviento. Por detrás, Luis, Alfonso y Oscar esperaban mejor momento para dejar su sello.

Cada paso por meta era celebrado por la plebe cual gol en un grandioso estadio de fútbol, pero esto era CI-CLIS-MO, nada que envidiarle al deporte rey. Algunos ataques se sucedían pero nada como para ponerse nervioso, estos jóvenes ya se las saben todas y el “ciclismo-control” entraba en los planes de todos para las primeras vueltas. Un par de gallos intentaron ataques algo más serios en el pequeño repecho del recorrido cosa que hizo tambalear a la cola del pelotón que perdía algunas unidades entre ellos V. Raúl. Mientras tanto Oscar, Alfonso y Luis rodaban bien colocados sin apuros.

Los pasos por meta se sucedían, Carlos cantaba las vueltas restantes y la afición expectante aplaudía con devoción. De repente, en la lejanía, una diminuta figura se separaba del resto… ¡Un ataque! Decían algunos, ¡Pues ese ataque es bueno! Respondían otros. ¿Es amarillo?- ¡Creo que no! - ¡Si, si lo es y es Contraviento! - ¡Es Ooooscaaaaar! Y no se equivocaba el equipo CO en sus deducciones. Oscar había atacado en el otro extremo del recorrido a falta de 7 vueltas para meta y de momento ganaba unos metros al grupo. Suficientes para el delirio de la gente en su primer paso por meta. Faltaban casi 8 kms. para meta ¿Serían muchos? ¿Aguantaría? El ataque había sido fuerte y el pedaleo era alegre, eran buenas noticias.
Oscar escapado ante su público.

Por detrás nadie había podido responder al ataque del corredor local y el parón en el grupo otorgó a Oscar una confianza poderosa que unido al jaleo de sus seguidores llevó en volandas al corredor amarillo en las primeras vueltas de su fuga.

A su vez, Luis y Alfonso sufrían ante el incremento del ritmo, pero pelones ellos no dejaron descolgarse del grupo, también eran gladiadores contraviento y estaban en su templo y ante su público, se dejarían el resto. Y así hicieron.

Oscar empezó a regular, pues el ritmo de locomotora que puso en sus primeras vueltas podía pasarle factura al final, un gran campeón además de ser fuerte debía ser inteligente y Oscar lo era. El público local totalmente entregado con Oscar daba junto a él cada pedalada que le quedaba hasta el final. Todo estaba hecho, a falta de dos vueltas Oscar tomó conciencia de que la ventaja era suficiente. Fue entonces cuando se dejó llevar, disfrutó y saboreó cada metro que le quedaba.

Ataques por detrás dejaron a otro corredor escapado en segunda posición; mientras tanto Luis y Alfonso lucharían por el pódium hasta el último metro, querían acompañar a Oscar en el cajón, pero no iba a ser nada fácil.

Última vuelta para Oscar ante una parroquia desatada con su corredor. En la última curva se ajustó el maillot y alzó los brazos arriba como los grandes campeones para cruzar la línea de meta ante un personal entregado. ¡Chapeau!

Por detrás, se luchaba el tercer puesto, pues el segundo ya estaba asegurado por otro corredor. La última vuelta en el pelotón se hizo a mil y Luis y Alfonso no consiguieron coger la rueda buena entrando 5º y 6º respectivamente. Una clasificación magnífica en un grupo con mucho nivel. Enhorabuena también para ellos pues pelearon como jabatos.

Contraviento en el pódium.
Una vez dichas las clasificaciones por parte de los jueces y a la espera de reclamaciones que no se produjeron, se procedió a la entrega de trofeos con Carlos como maestro de ceremonias. Cruz, concejal de deportes, y Mari Carmen, alcaldesa de nuestra localidad, fueron entregando los premios correspondientes a unos valientes corredores que lo dieron todo encima de la que será su compañera de fatigas por muchos años.


Brillante como siempre la colaboración de todos los miembros de la peña, así como el empeño y dedicación que le pone Contraviento a todo lo que hace. Un aplauso para todos y enhorabuena. 

Carlos